lunes, 7 de abril de 2008



DAROCA, RINCÓN DE LOS

VIAJEROS

Daroca es una hermosa ciudad recientemente elegida como la sexta maravilla de Aragón. Fue fundada en el siglo VIII por los árabes del Yemén y, en la Edad Media, tomó un esplendor considerable por el fuero otorgado por Ramón Berenguer IV en 1142, que permitió que la ciudad se convirtiera en capital de un extenso territorio fronterizo. Este bello rincón de Aragón fue zona de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, y todavía hoy se puede observar esa variedad cultural en sus monumentos y en el trazado de sus calles. En el momento en el que el visitante llega a la ciudad de Daroca, puede comenzar su recorrido turístico admirando los distintos monumentos que la ciudad presenta. Se puede comenzar la visita desde la plaza de la Colegial, donde se encuentra la Colegiata de Santa María. El visitante no puede dejar de visitar, dentro de la iglesia, la capilla dedicada al Milagro Eucarístico de los Sagrados Corporales. La capilla presenta un retablo de estilo borgoñón, de piedra caliza con muchos pliegues. El escultor que realizó dicho retablo fue Juan de la Huerta que, posteriormente, talló la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Todos los años, Daroca celebra las fiestas del Corpus, dedicadas al milagro aquí mencionado. Se cuenta que, en 1239, las tropas cristianas de Daroca, Teruel y Calatayud se disponían a conquistar a los moros en el castillo de Luchente. Momentos antes de llevar a cabo la conquista, el capellán darocense, D. Mateo Martínez, se dispuso a celebrar misa consagrando seis formas destinadas a la comunión de los seis capitanes de aquellas tropas. Pero un ataque sorpresa del enemigo obligó a suspender la misa. El capellán ocultó las formas envueltas en el corporal en un pedregal del monte. Rechazado el ataque, del que salieron victoriosos los cristianos, los comandantes pidieron al sacerdote que les diera la Comunión, y cuál fue la sorpresa, cuando el Padre Mateo sacó las seis formas, y éstas estaban empapadas en sangre y pegadas a los Corporales. Cada comandante quería el corporal para sí mismo, así que decidieron colocar el corporal en una mula y dejar que ésta vagara hasta encontrar un lugar donde parar. En el lugar donde la mula muriera, quedaría allí el corporal. Así, el siete de marzo la mula llegó a Daroca y murió. Por este motivo, muchos peregrinos de Luchente viajan a Daroca para participar en la celebración del Corpus y contemplar la arqueta del milagro.

Pero el visitante debe continuar el descubrimiento de esta ciudad. Debe retrotraerse a la Edad Media y recorrer el recinto amurallado de la ciudad con sus puertas, sus pozos y sus siete iglesias. Junto a este recorrido monumental, Daroca cuenta con un patrimonio natural digno de conocer. Es imprescindible pasear por la orilla del río, sentir el viento que acaricia la cara y oír el agua que corre buscando su destino. Caminar por el pinar de Daroca y descubrir nuevas vistas de la ciudad deja en el visitante un buen sabor de boca. Y para que perdure ese buen sabor de boca, nada mejor que degustar la gastronomía de la que presumen (no sin motivo) los darocenses. Un menú variado compuesto por migas o jamón, ternasco con patatas y de postre rosquillas de Daroca o almojábanas son una buena manera de conquistar el estómago. Todo turista que desee una alternativa de ocio para el fin de semana debe conocer este rincón de viajeros para descubrir todos sus secretos.

2 comentarios:

J.A. Sesé dijo...

El post está muy bien escrito pero hubiera puesto más puntos y aparte porque está todo muy apelotonado. Para romper la monotonía del texto hubiera puesto las fotos entre los párrafos. Los enlaces están muy bien pensado. Un saludo

Carlos LABARTA dijo...

Pues que quede mi enhorabuena por lo del nombramiento como la sexta maravilla de Aragón, cosa sorprendente!
carloslabsa@hotmail.com